Las enfermedades cardiovasculares afectan a millones de personas y son la principal causa de mortalidad y discapacidad en todo el mundo. Aunque disponemos de grandes avances en la prevención y el tratamiento, el envejecimiento de la población, la epidemia de obesidad y de diabetes, la mayor supervivencia tras la fase aguda de la enfermedad, entre otras causas, están incrementando los diagnósticos de las enfermedades cardiovasculares crónicas y por ende el aumento de consultas.
- Pacientes con sospecha de cardiopatía que están siendo estudiados.
- Pacientes de elevado riesgo cardiovascular, en los que se está modificando el tratamiento, para lo cual se requiere seguimiento en la consulta.
- Pacientes con cardiopatías cuyos síntomas han empeorado o que han presentado insuficiencia cardiaca descompensada, pero que no requieren ingreso a un servicio de urgencias.
- Algunos pacientes cardiópatas de elevado riesgo, que requieren seguimientos periódicos.
- Pacientes que deseen prevenir o detectar a tiempo alguna alteración cardiaca.
Las pruebas que puede realizar un cardiólogo para comprobar el estado de salud del corazón de cada paciente son:
- El electrocardiograma: Esta prueba se realiza con el objetivo de conocer la actividad eléctrica del corazón y detectar si existen alteraciones en la frecuencia cardíaca.
- El ecocardiograma: Es otra prueba básica en cardiología que se utiliza para observar la estructura del corazón y ver si existen alteraciones en su tamaño o forma.
- La prueba de esfuerzo o ergometría: Se trata de una prueba muy conocida entre los deportistas que consiste en estudiar la respuesta del corazón al estímulo del ejercicio físico.
Importante!
Es indispensable estar atentos de determinados marcadores que pueden aumentar considerablemente la probabilidad de padecer una patología cardiovascular. Algunos de ellos pueden ser:
- La diabetes mellitus
- El sobrepeso o la obesidad
- La hipertensión arterial
- El colesterol o dislipemia
- El sedentarismo
- El tabaquismo
- El estrés
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